domingo, 21 de abril de 2013

MERZBILD 1A. El psiquiatra.


«La Gran Guerra ha terminado, en cierto modo el mundo está en ruinas, así pues, recojo sus fragmentos, construyo una nueva realidad».


-Kurt Schwitters





Esta mañana, recorriendo el museo Thyssen en Madrid, tropecé con esta obra; http://www.museothyssen.org/thyssen/ficha_obra/638.

Y aunque en un primer momento pasé de largo, volví la vista después de unos pasos para fijarme en la idea que encierra ese cuadro; una reconstrucción de pedazos rotos, ese collage de desechos que podría ser metáfora de la tarea que empiezo dentro de nada.

Ya en 1919, este pintor alemán, veía a los psiquiatras como una especie de intérpretes de los engranajes cerebrales, de recolectores de ideas perdidas, de procesadores de la rueda del pensamiento. Y no se equivocaba Schwitters al pintarnos de ese modo.

La gente sigue teniendo miedo a esa 'locura contagiosa' que nos acecha en las consultas, y siguen en el aire varios mitos sobre las enfermedades mentales que hacen que a todos se nos pregunte: '¿pero por qué quieres ser psiquiatra, hombre?'

Todas las especialidades que puede escoger un médico tienen su parte bonita, esa es mi opinión al menos, con lo cual no hay nada que me parezca más importante que lo que hace el de al lado. Seguramente no me interesaría demasiado ser cardiólogo, o anestesista, pediatra, cirujano... pero todas ellas tienen mi respeto. Hay, sin embargo, ciertas reticencias hacia los psiquiatras por parte de otros médicos. Tratamos lo intangible (miedos, angustias, pensamientos, estados de ánimo) y por tanto eso nos convierte en una especie de pseudociencia para muchos. Visualizar mentalmente qué es una fractura de fémur o una hemorragia cerebral es algo al alcance de todos, pero titubearíamos más si nos preguntasen qué es la depresión, qué es una compulsión, qué es la consciencia o la personalidad. Porque hay muchos factores que aún no conocemos y, como he oído decir (muy acertadamente) a algún psiquiatra en jornadas post-MIR de diversas academias: 'aún estamos muy verdes en etiologías'. La psiquiatría ha avanzado paralelamente al desarrollo de las neurociencias, de una manera espectacular en los últimos cien años, si bien lidia con temas demasiado complejos para ser descifrados al detalle hasta la fecha.

Como ejemplo claro de lo que digo está la reciente película de David Cronenberg 'Un método peligroso', ambientada a principios del siglo XX en una Europa que absorbía las más novedosas ideas sobre psiquiatría. La teoría de la pansexualidad de Freud, los inicios del psicoanálisis, la falta absoluta de conocimientos sobre las causas de las enfermedades mentales, las explicaciones que distaban mucho de una base biológica por ser algo impensable todavía. 

Hoy sin embargo sabemos ya mucho más de lo que algunos se imaginan, y puede resumirse en el título de una entrevista al psiquiatra argentino Marcelo Cetkovich que me encantó: 'El futuro de la psiquiatría, un modelo neurobiológico abierto al ambiente'.


Pero volvamos al meollo de la cuestión: ¿Por qué quieres ser psiquiatra?

-Porque no hay nada que me interese más que entender la manera de pensar, de ver la vida y de enfocar ideas que tenemos todos y cada uno de nosotros. Me parece apasionante imaginar cómo de una conexión electroquímica entre neuronas surge una imagen mental, un recuerdo, una abstracción. No me importa demasiado enfrentarme a lo desconocido ya que no soy una persona muy mecanicista y la rutina rápidamente me aplasta; prefiero la duda a la certeza. La psiquiatría tiene un componente de subjetividad diagnóstica que molesta a muchos futuros médicos, pero es a la vez un gran reto que te implica en profundidad con tu paciente. En psiquiatría se escucha mucho, se transmite mucho, se habla con familiares y se pregunta por todo tipo de ideas. Uno conoce muchas cosas sobre su paciente y esa cercanía es algo incomparable que he vivido siendo estudiante, en prácticas en las plantas de ingreso psiquiátrico y unidades de salud mental.

-Por otra parte, las inmensas posibilidades de investigación. La investigación es algo que me ha atraído desde hace mucho, de hecho mi principal dilema a la hora de decantarme por una especialidad fué con Anatomía Patológica (me parece una especialidad preciosa, interesantísima, pero no me decidí por ella por falta de contacto con el paciente... algo que siempre me había gustado demasiado.)


-Porque me gustaría ayudar a combatir el estigma contra la enfermedad mental, que causa un sufrimiento doble; el de la propia enfermedad y el del rechazo de los demás. Muchas veces las propias familias o parejas del paciente no consiguen comprender por qué se comporta de esa manera determinada, y llegan a culparle de su enfermedad. En el mundo académico o laboral las cosas tampoco son mejores, enfrentándose muchas veces a un rechazo bastante doloroso que convierte una enfermedad en una auténtica ruptura biográfica que aisla a esa persona de su vida normal y empeora secundariamente su enfermedad.

-Por la gran variedad de pacientes que uno puede tratar: desde el enfermo psicótico con fenómenos alucinatorios, al adicto a drogas en proceso de desintoxicación o al enfermo neurótico o con ataques de ansiedad muy similares a situaciones que todos hemos vivido. Todo esto teniendo en cuenta la propia variabilidad interpersonal, que hace que dos enfermos con un mismo diagnóstico sean muy diferentes en su manejo psicoterapéutico y en su sintomatología cognitiva. He visto también una mejoría clara en todos estos subgrupos cuando hice prácticas como estudiante, si bien se tiende en mi opinión a una sobremedicación donde la industria farmacéutica se pone las botas, y la psiquiatrización de fenómenos normales esconde un beneficio económico más que corrupto. Estos son aspectos que me hicieron dudar a la hora de elegir psiquiatría como especialidad, y que intuyo reaparecerán durante los próximos años, ya que son muchos los psiquiatras que acaban accediendo a este fraude.

-Porque siempre me han gustado las humanidades (antropología, filosofía, psicología, literatura psicológica, arte abstracto...) y todo aquello que lidie con lo desconocido sobre nuestro comportamiento. Históricamente se relaciona al psiquiatra con este perfil de 'médico humanista' y se dice que la especialidad te ayuda a ahondar en esos campos de interés, que son además muy complementarios para tu trabajo.

Dentro de un mes comienzo mis andanzas como médico interno residente en Psiquiatría. 
Veremos cómo cambian mis perspectivas.

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