martes, 14 de enero de 2014

De todo lo mesiánico.



Cuando Jesucristo Martínez llegó a la planta,
tuvo que rivalizar con Jesucristo García y Jesucristo López.
En todo lo mesiánico.


Acordaron, no obstante, ser una trilogía. O un trébol. Pidieron al psiquiatra que fuera su San Patricio.

Yo debía estar pasmada delante de todo aquel jolgorio, sólo recuerdo que mi adjunto me dió varias palmaditas en el hombro antes de que me diese cuenta de que teníamos que irnos.

Pero es que es imposible resistirse a la amabilidad y al encanto de este nuestro Jesucristo; melena al viento, con la camisa blanca hasta las rodillas y la mirada perdida hacia nadie sabe dónde.

'Siempre empieza así cuando viene el brote psicótico', cuentan sus hermanos, que saben lo que es convivir con una esquizofrenia paranoide con docenas de ingresos y debut a los quince años.






-'¿Y cómo se comunica Dios?'

- "...como se comunica usted conmigo, doctor, su voz es como mi voz, me habla con mi propia voz. Lo distingo por lo que me dice, o a través de la escritura, lo sé por las cosas que salen de mí, tan bellas, con principios tan nobles que yo nunca las diría. O me dice que haga cosas por la humanidad que si fuera a nivel personal mío no les haría caso, son cosas tan evidentes que no pueden salir de mí, que tienen que proceder de fuera..."

Explica que vive dos realidades: una en la que se encuentra bien, siendo consciente de lo que ocurre a su alrededor y otra en la que "es sólo voz" y en la que no siente el cuerpo. Dice "estoy al otro lado del espejo" "estoy viendo la película de mi vida" y esta última fase es en la que se encuentra ahora.

Pregunta si Jesucristo fue también un esquizofrénico.
Miro de reojo al adjunto. Interesante cuestión.
Y el adjunto le comenta que, por aquel entonces, la enfermedad mental se interpretaba de otro modo y que no hay forma de saberlo con certeza. Pero que quizás lo haya sido.

Hay un silencio.

Reconoce que en casa a veces Dios le dice que no es necesario el tratamiento, y por eso lo deja, - 'si tuviera que darme tratamiento, me tendría que dar una superpastillas, porque tengo alucinaciones visuales y voces todos los días'. 'Son cosas que yo asumo y no hacen daño, no son negativas, que vienen de dios.'

 Argumenta que los ingresos son pruebas de fé; habla de comunicación con Dios desde los cuatro años; creencia de tener una familia espiritual, "Luz"; es su esposa espiritual, que dice se le ha manifestado en varias personas, menciona varias pacientes, a las que considera que fueron sus "esposas espirituales".

A la pregunta de qué tal se encuentra, responde que vive en un estado de total armonía, bienestar y alegría. Quiere extender su bienestar, hacer el bien a la humanidad. Ruega que no le demos medicación, eso le aleja de Dios ya que las voces se difuminan bajo los efectos de los antipsicóticos, y explica que no va a hacer jamás daño a nadie y que quiere seguir alucinando -'me alegra la vida'.




No sé dónde termino yo y donde empieza la Psiquiatría. O viceversa.


Cada historia clínica es una novela; a veces de misterio, a veces mística. De terror, de ciencia-ficción, de ficción a secas, hiperrealista. Surrealista, distópica.