miércoles, 8 de mayo de 2013

La ópera es más que pompa de alta sociedad.


Si te gusta el teatro y la música clásica, está claro que pocos espectáculos encontrarás como la ópera. Si eres de los que disfrutan con algo apasionado, intenso y sobrecogedor, puede que esto también sea lo tuyo. A pesar de la imagen aristocrática que rodea a la ópera como 'evento de alta sociedad', casi todas las ciudades ofertan precios especiales para estudiantes y tickets de última hora con descuentos muy buenos.
Cabe también la posibilidad de asistir a los ensayos; yo he ido a uno, no noté diferencia con los estrenos definitivos a no ser por una pequeña interrupción para corregir a la soprano. La sala estaba casi vacía y había menos pompa, con lo cual se hacía más acogedora.

En su día, yo también tuve ciertos prejuicios en contra de la ópera; no como arte en sí, sino en cuanto al tipo de persona que según se dice acude a ver las obras. Es cierto que la gente suele ir muy trajeada, las señoras lucen abrigos de bisón y vestidos de alta costura, en los intermedios se sirven champán y canapés de lujo en el hall. He visto a varias señoras dormirse en los palcos o mirar el reloj compulsivamente. Pero al fín y al cabo, hay de todo... y, a no ser que puedas costearte una butaca privilegiada, te sentarás en una zona donde la gente va como le da la gana. Algunos también bostezarán, no te creas, pero ¿a tí que te importa?
Es bueno probar cosas nuevas.

Me decidí a ir a la ópera por primera vez gracias a una profesora de lengua y literatura que se molestó en introducirnos la curiosidad por estas cosas, y en desbancar muchos de las reticencias que muchos teníamos para ir a la ópera. Mi primera obra fué 'Tristan und Isolde', de Wagner, así que no pude tener más suerte. Y después, a lo largo de los años, fuí viendo otras entre las que recuerdo:

Un ballo in maschera (Verdi.)
La Bohème (Puccini.)
Lucia di Lammermoor (Donizetti)
Dialogues des carmélites (Poulenc.)
L'elisir d'amore (Donizetti.)
Macbeth (Verdi)
Thais (Massenet)
L'incoronazione di Poppea (Monteverdi.)
Iphigénie en Tauride (Gluck.)
L'italiana in Algeri (Rossini.)
Katia Kabanova (Janáček)

De todas guardo la sensación de haber salido del teatro como en una nube de sentimientos intensos y de haber sido 'zarandeada por dentro' por esos soliloquios líricos que te ponen el vello de punta, por la música orquestal que envolvía los momentos cumbres de la trama. Por la lluvia de pétalos rojo coral que calló del techo del teatro al final de la adaptación de Verdi para 'Macbeth' o por la soprano de 'Lucia di Lammermoor', que con su voz hizo temblar la enorme lámpara de cristal en mitad del teatro y que puso a la sala en pié... fundiéndose en un aplauso que duró casi diez minutos.

Aquí van algunos mitos y aclaraciones sobre las óperas que he visto que echan para atrás a algunos:

-Normalmente, hay una pantalla con subtítulos, y un libreto detallado que te darán a la entrada (en el que además de resumirte el contexto histórico y tendencias culturales del autor y de su ópera, encontrarás un resumen ordenado por actos que te servirá de gran ayuda para situarte antes de empezar a ver la obra.)
Quien se interesa, entiende sin problemas la trama. No es tan esotérico como la gente piensa.

-Las óperas son largas, per no todas duran más de 5h. He visto muchas de 3h, y siempre tuvieron descansos aproximadamente cada 90 min.
Tampoco es una especie de tortura cultural, es algo así como ver una película larga o dos cortitas.

-No todas las óperas tratan sobre el amor desesperado, el suicidio, la tragedia metafísica, la muerte y la desesperación. Como en cualquier arte, hay una buena parte de óperas de ese estilo y sí que es cierto que suelen ser tragedias, pero he visto varias óperas de Verdi de lo más alegres y coloridas en cuanto a música, escenografía e incluso trama. 

Si pudiese elegir, mi próxima ópera sería 'Pagliacci' de Leoncavallo; la estudiamos a fondo en un curso de ópera que hice en la facultad de Humanidades hace unos años y me pareció el perfecto drama dentro de la comedia. Una compañía ambulante de payasos en la que, durante la representación de una de sus obras, tiene lugar un crimen pasional. El payaso, enamorado de la víctima, reflexiona sobre su profesión y sobre esa dualidad tragicómica que es la vida.

'[...] ¡actuar! mientras, presa del delirio, no sé lo que digo ni lo que hago. ¡Pero tengo que hacerlo!, ¡esfuérzate! ¿acaso eres un hombre? ¡eres el payaso! Ponte la túnica y enharina tu cara, la gente paga y quiere reírse. Y si Arlequín te quita a Colombina, ríe payaso y todos te aplaudirán. Transforma en bromas sufrimiento y llanto, haz una mueca con los suspiros y el dolor, RÍE PAYASO, DE TU AMOR HECHO TRIZAS. Ríete del dolor que te envenena el corazón.'


Además, suele representarse en conjunto con 'Cavalleria rusticana' de Pietro Mascagni, que tiene una música fabulosa: escúchala aquí

Me pareció brillante y surrealista ese toque operístico de la última película de Woody Allen: 'To Rome with love', que por otra parte no es demasiado destacable aunque te hará pasar un muy buen rato y sí que tiene sus momentos de genialidad.

Uno de los personajes es un fenómeno cantando ópera, pero sólo puede cantar cuando está en la ducha, con lo que Allen monta un estreno de 'Pagliacci' donde el tenor aparece en escena dándose una ducha y enharinándose la cara con gel de baño mientras llora la pérdida de Colombina.

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