domingo, 12 de mayo de 2013

La soledad de la esquizofrenia.

En la sala de urgencias, se teme a los pacientes psiquiátricos, esto lo he vivido como estudiante en prácticas.

Mírale a los ojos, es una persona.





Conversaciones como esta se repetían con frecuencia:


Médico: -'En el box nº2 está ese hombre que grita. No para de decir cosas raras. Qué cruz de paciente, hija mía.'

Enfermera: -'Pues yo no pienso entrar a tomarle la tensión, ¡quita, quita!'

Médico: -'Yo de Psiquiatría ni idea, ¡que baje ahora mismo un Psiquiatra! No pienso entrar y que me muerda el muy bestia.'

Enfermera: -'¡Cállese ya hombre, que nos está dando la mañanita!'


Y yo que estaba sentada en el control de enfermería, intentando descifrar series de electrocardiogramas y escuchando las quejas de pacientes en espera, me asomé un momento a ver qué pasaba.
En el box nº2 había un hombre de unos 70 años, sentado en una esquina y tapándose los oídos con unas manos llenas de heridas. Gritaba '¡silencio!' y '¡tengo miedo!' entre otras muchas palabras ininteligibles que expresaban el pánico sobre la alucinación que estaba sufriendo.
Pronto llegaron los psiquiatras y se le puso medicación, se quedó dormido.
Al día siguiente yo pasaba consulta con una psiquiatra, y allí estaba él; escuchando muy atento, suspicaz y temeroso.


Mi paciente era un hombre que vestía traje y caminaba pensativo por los pasillos. Rara vez hablaba con nadie, pero cuando lo hacía, demostraba una educación y un deje de aristocracia que conmovió muy pronto a todo el personal. Mi paciente se había licenciado en Derecho, era un hombre culto que citaba a Ortega y Gasset, y a Unamuno.

Provenía de una familia de clase social alta, casi podría decirse de una pequeña nobleza, propietaria de inmuebles históricos en toda la ciudad. Era un estudioso de los textos bíblicos -que citaba con asiduidad- y tenía un sentido del humor bastante ácido. Sonrió cuando, días después, hablamos del gobierno.
'Una banda de borregos que nos llevan al naufragio', dijo.

Me hizo pensar en la soledad que rodea a la esquizofrenia; en cómo mentes maravillosas como esta viven encerradas en sí mismas y se enfrentan a una incapacidad total de comunicar su realidad a los demás, ya que es muy distinta. Viven bajo el influjo de alucinaciones auditivas que insultan, que humillan y amenazan, que dicen que no vales nada. Y ya hemos visto en estudios científicos que esas percepciones surgen de cambios neurobiológicos en el cerebro; que son reales en la mente del enfermo.

La Tomografía por Emisión de Positrones (PET scan) ha registrado cambios tangibles en el cerebro de pacientes esquizofrénicos sometidos a estudio [se pueden ver imágenes en www.sciencephoto.com]

La función de este método de imagen es revelar la actividad metabólica celular de las diferentes áreas cerebrales, tras inyectar un trazador radiactivo.

Mientras que la actividad metabólica normal se mostraría como una imagen simétrica de las zonas de alta actividad, en ambos hemisferios, la imagen de un paciente con esquizofrenia nos muestra un mapa caótico de actividad cerebral marcada.

Los nuevos PET ya son capaces de captar una actividad cerebral tan efímera, involuntaria y transitoria como es una alucinación. Y los científicos ya están a la búsqueda de una cartografía cerebral de la esquizofrenia que nos permita saber más sobre la enfermedad y por tanto abordarla con tratamientos cada vez más efectivos.

La actividad alucinatoria se ha registrado en forma de hiperactividad en el cerebro profundo -tálamo, hipocampo, núcleo estriado- (o 'cerebro mamífero' y de las emociones, como lo denominaba Carl Sagan en este vídeo.)

Es en esta zona donde se crea la vida de la mente, a través del procesamiento de otras actividades cerebrales y también de las imágenes, memorias y sonidos. Se dice que aquí nacen los sueños.

Las percepciones (una imagen mental, por ejemplo) se crean gracias a la integración de las experiencias -pasadas y presentes- junto con los sentimientos y las  memorias, en estas áreas cerebrales.

Es en este alambrado profundo del cerebro donde parece ser que residen al menos algunas de las raíces de la esquizofrenia. Conjuntamente, el lóbulo prefrontal (encargado del raciocinio y de 'comprobar la realidad') no se activaba en PET scans de pacientes con esquizofrenia. Buchs-baum, pionero de esta técnica, lo definía como una falta de capacidad de contraste de las imágenes con la información sensorial y la memoria. El lóbulo prefrontal del paciente esquizofrénico está 'apagado' y por lo tanto no se distingue qué es real, qué es imaginario y qué es alucinatorio.

O como dijo otro estudioso del PET en pacientes esquizofrénicos: 'El cerebro está creando una realidad propia'. Las voces que escuchan estos pacientes durante las alucinaciones auditivas se confunden con la palabra de dios o con una retransmisión por satélite espacial, pero son creadas en el interior de su cerebro profundo.

Todo esto cuestiona el abordaje neuroquímico de la esquizofrenia a base de fármacos antipsicóticos, capaces de reducir los niveles de dopamina cerebral, ayudando a controlar las alucinaciones y otros síntomas. Si realmente los circuitos cerebrales están alterados, quizás el tratamiento de estos pacientes pueda llegar a ser quirúrgico y pueda llegar a hablarse de curación. Pero, por el momento, siguen estudiándose también las causas genéticas, las alteraciones del desarrollo fetal, las causas ambientales como son el cannabis y otras drogas (capaces de inducir el desarrollo de la enfermedad en personas con predisposición genética), las complicaciones obstétricas...


A día de hoy ya se han encontrado múltiples anormalidades genéticas que confieren un mayor riesgo de desarrollar esquizofrenia. Además, este año se ha publicado un artículo en la prestigiosa revista 'Lancet', donde los investigadores han encontrado una base genética común para la esquizofrenia, el trastorno bipolar, el autismo, la depresión mayor y déficit de atención por hiperactividad al examinar a 60.000 personas de todo el mundo.


Estos avances nos acercan a una esperanza realista para el diagnóstico genético de las enfermedades mentales y sus nuevos abordajes terapéuticos. Varios genes implicados en el desarrollo de enfermedades mentales regulan canales de calcio, con lo cual se están realizando ensayos clínicos en pacientes bipolares, para ver si los bloqueadores de canales de calcio (utilizados en cardiología; como el Nifedipino, Diltiazem o Verapamilo) podrían ser beneficiosos.

Lo importante de todo esto es que con cada descubrimiento comprendamos mejor a estos enfermos. Y que por encima de todo no les rechacemos por miedo a lo desconocido. Muchas personas que luchan a diario con una esquizofrenia son personas como mi paciente, y no se merecen tu indiferencia.

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