Las grandes bandas de la historia no sólo han inspirado a múltiples grupos que llegaron después, sino que hay gente dispuesta a emplear años en perfeccionar un sonido lo más parecido al suyo. Y a pesar de las reticencias subconscientes que podemos tener hacia los imitadores de los clásicos, nos brindan una oportunidad única y al alcance de la mano de muchos; un concierto en tu ciudad, y tan real que repetirías.
Pink Tones, muchas gracias.
Realmente, wikipedia no podía definirlos mejor:
'El grupo se formó con la intención de dar la oportunidad a la gente de asistir a un espectáculo en el que se toquen los mejores temas de Pink Floyd, y además no en grandes estadios, sino en sitios pequeños con la comodidad y calidad de sonido que eso conlleva. Para ello reproducen todos los sonidos que usan los Pink Floyd en sus discos. Sin embargo, no son un grupo "clónico". Su aspiración no es parecerse físicamente a ellos, ni siquiera hacer las canciones exactamente iguales. Se permiten arreglos como la utilizacion del Theremin o de variaciones de temas siempre respetando el espíritu original de la canción.'
El repertorio me pareció genial; empezaron con la apoteósica 'One of these days (I'm going to cut you into little pieces)' y terminaron con 'Echoes', que fué casi hipnótica.
Para los bises, que la gente pidió entusiasmada, dejaron tres temas de The Wall; 'Another brick in the wall' (en una versión fantástica), 'Run like hell' y 'Comfortably numb'.
Durante unas tres horas de concierto, hicieron un recorrido selecto por álbumes como Animals, Atom heart mother, Wish you were here, Dark side of the moon, A momentary lapse of reason y otros muchos.
Y todo esto por 20€.
Tanto el sonido en sí como la acústica y la iluminación me gustaron, me lo pasé genial y se lo recomendaría a todo el mundo que sea aficionado al mundo pinkfloydiano. El repertorio dejará satisfecho a los amantes de sus grandes clásicos, pero también a la gente que vaya más allá de eso y haya disfrutado mucho de discos como Atom heart mother; Pink Tones se atreven con esta especie de ópera del espacio estelar que en su día quiso utilizar Kubrick como parte de la banda sonora de 'La naranja mecánica'.
No podría recordar el repertorio completo pero se tocaron temas como:
A saurceful of secrets (celestial voices)
Dogs
Brain damage
Time
On the turning away
The great gig in the sky
Atom heart mother
Fat old sun
Money
Any colour you like
Wish you were here
Have a cigar
Shine on you crazy diamond
Eclipse
The happiest days of our lives
Goodbye cruel world
Aprovecho también para recordar los diseños de Storm Thorgerson en Hipgnosis. Falleció el mes pasado, a los 69 años, y dejó todo un legado de poesía surrealista en imágenes.
Sus diseños han servido de carátula para grupos como Led Zeppelin, Black Sabbath, The Mars Volta, Dream Theater, Muse, Genesis, The Cranberries, Scorpions, Emerson Lake & Palmer, AC/DC, Europe, Yes, Audioslave, Anthrax, Alan Parsons, Mike Oldfield, Rainbow o The Offspring.
Pero ha sido, desde luego, un sello identificativo en los álbumes de Pink Floyd. Y siempre he pensado que formaba parte de la filosofía conjunta que transmiten. Storm fué un diseñador gráfico apasionado de su trabajo, que siguió implicándose en proyectos creativos hasta el final, y al que los propios Floyd definían como 'el sexto de los nuestros' ya que siempre tomó parte en la producción artística del grupo.
David Gilmour le despedía así: -'We first met in our early teens. We would gather at Sheep's Green, a spot by the river in Cambridge and Storm would always be there holding forth, making the most noise, bursting with ideas and enthusiasm. Nothing has ever really changed.'
Un recuerdo también para otros dos miembros del grupo que se han ido hace algunos años: el teclista Richard Wright y el cantante y compositor Syd Barrett. Gente como ellos hace posible que existan esos momentos de desconexión del mundo, gracias a una música que te transporta y que te evade.
'Sin música, la vida sería un error', como dijo Nietzsche.
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