viernes, 17 de mayo de 2013

4 días.


Lo que durante ya mucho tiempo fué una expresión sin más; 'ánimo, que te quedan cuatro días para ser médico' es ahora pura realidad: el lunes empieza esta nueva etapa. Y es que aunque el resguardo del título de licenciada lleve en un cajón desde hace algo más de un año, no me he sentido médico hasta hace muy poco. 

Para mí ser médico es estar con los pacientes, directa o indirectamente (en los laboratorios, por ejemplo, se ayuda mucho a los enfermos) y hasta ahora mi supuesta condición de médico sólo me permitía ejercer como parte del mobiliario durante las largas horas de estudio. 
Hace más de un año que no entro en un hospital para -aunque muchas veces fuese sólo una observadora- acercarme a las cabeceras de las camas y revisar historias clínicas.
Para sumergirme, en definitiva, en lo que va a ser el día a día de mi vida laboral. Algo que llevo esperando desde antes de empezar la carrera; desde que supe que quería dedicarme a ayudar a personas enfermas.

Y me siento afortunada de poder decir que, independientemente de cómo sean las cosas durante la residencia, voy a dedicarme a lo que me gusta. En estos tiempos de precariedad laboral, la gran mayoría de la gente se ve obligada a ejercer una profesión que realmente no le interesa. No quisiera parecer soberbia, es una cuestión individual, pero para mí esta es la profesión más bonita; tenemos el privilegio de acercarnos al dolor de las personas y de intentar al menos ayudarlas con nuestros conocimientos. Y también, sencillamente, siendo humanos.


La medicina es una profesión, pero es también -para el que disfruta ejerciéndola-, una forma de vida. Estudiar cómo funciona el organismo y cómo enfermamos, cambia totalmente tu manera de contemplar las cosas; la existencia es frágil, es efímera... ¿de verdad no sientes que ayudar a los demás es lo que más gratifica? Bajo condiciones injustas e inexplicables todavía, billones de personas nacen y mueren, y tienen que enfrentarse a la vejez, a la enfermedad, a la pérdida de un ser querido, al dolor y a la miseria.
El médico puede acompañarlas y puede, aunque sea, repartir una pizca de justicia; en mis consultas todas las personas tendrán los mismos derechos y obligaciones, el mismo acceso a conocimientos médicos, el mismo trato humanitario. No importa cuál sea tu trabajo, tu nivel de ingresos, el color de tus manos. Por eso pienso que es tan importante seguir luchando por un sistema sanitario público; no caigamos en la crueldad de hacer de la medicina un arma más de injusticia social y de negocio.

La sanidad no es un bien de consumo, es un derecho. Todo el mundo debería tener acceso, y con esto me refiero también a los países subdesarrollados o en vías de desarrollo. Y pienso que nosotros los médicos tenemos si cabe una obligación mayor en este aspecto; tanto en lo que a concienciación social respecta, como en cuanto a ayuda activa. Nuevamente, esto es más un privilegio que una obligación forzada.

Muchas personas, a lo largo de la historia, se han implicado en estas cuestiones y han ido cambiando la mentalidad de la sociedad sobre las labores humanitarias y la necesidad de un acceso universal a la sanidad. Pienso por ejemplo en Albert Schweitzer, filósofo alemán del s.XX que abandonó su posición acomodada para estudiar medicina y trabajar como médico en Gabón (África), donde fundó un hospital para enfermos de lepra. Nos dejó, también, frases como estas;


-'No sé cuál será su destino, pero hay algo que sí sé: los únicos entre ustedes que serán realmente felices son los que han buscado y encontrado el modo de servir.'


-'Humanitario consiste en nunca sacrificar a un ser humano con nuestro propio egoísmo.'

-'Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera.'

-'Siempre he celebrado con firmeza la idea de que cada uno de nosotros puede hacer algo para disminuir la miseria.'

-'El éxito no es la clave para la felicidad. La felicidad es la clave del éxito. Si le gusta lo que está haciendo, usted será un éxito.'



Acabo de recibir mi primera revista del colegio de médicos.
Allá vamos.

4 comentarios:

  1. Hola! ^^ ya estoy por aquí, me ha gustado mucho esta entrada. Hay frases que remarcaría como por ejemplo esta "en los laboratorios, por ejemplo, se ayuda mucho a los enfermos", se que no era el argumento del texto pero hoy en día hay muchos escalones hospitalarios y me alegra mucho ver que no estás a favor de ello, todos somos médicos y todos queremos ayudar a los pacientes. Me encanta la especialidad que has elegido! seguiré de cerca tus anécdotas, muchísima suerte y muchísimo ánimo! Un abrazo!

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  2. Y por supuesto, nunca sabremos lo que es firmar un proyecto o enseñar a un niño a leer, pero yo también pienso, sin duda, que nuestra profesión es y será la más bonita de todas, en todas sus ramas. Te añadí en mi blog! en cuanto pongas lo de seguidores me uno.

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  3. Muchas gracias! El laboratorio lo tengo siempre muy presente, me encanta Anatomía Patológica (fué con la única especialidad con la que realmente dudé en la elección de plaza) y todo lo relacionado con la investigación me apasiona.
    Te tengo en mi lista de blogs pero ando tan perdida por aquí que no sé ni cómo crear una lista de seguidores así que ilumíname :)

    saludos!

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  4. This is so beautiful. I feel the strength of your conviction and ideals about medicine. Also, Schweitzer quotes shall never die.

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