sábado, 25 de mayo de 2013

Diario de la primera semana.

-19 de mayo: Mudanza. 

Con el coche hasta arriba, parto hacia mi nueva casa. Sentimientos cruzados de euforia y culpa; por la emoción de lo que se avecina, lo primero; lo segundo por dejar a la familia.

Abrir cajas, ordenar ropa, llenar armarios, hacer listas de cosas prácticas que comprar, llenar la nevera, aprender a usar todos los electrodomésticos (mi casera me facilitó unos manuales de instrucciones de la Edad Media.)

Toda una lista de tareas para inaugurar una semana en la que me sentiré así; en una lista continua, navegando entre listas.

Muchos nervios. Duermo poco y duermo mal. ¿Qué pasara mañana?


-20 de mayo: Primera toma de contacto

Llevo los papeles para firmar el contrato, subo y bajo de un hospital a otro (trabajo en un 'complejo hospitalario' y Psiquiatría tiene hospital proprio). Conozco a mi tutor, que me da buenas vibraciones por parecer un tipo amigable y cercano, y no el típico 'señor doctor'. Me da la bienvenida, pero mi co-R no se pasa por allí y como no quiere repetirse dos veces, me cita para el día siguiente.

Conozco a algún otro adjunto, los residentes me enseñan el hospital y me gusta mucho lo apacible que es y que parece bien organizado (además es un edificio nuevo, y en un paraje incomparable.) Por fin los enfermos mentales no se aislan en barracones hospitalarios, sino que se integran en un lugar tranquilo con un jardín bastante bonito donde dar paseos y muchas actividades en el hospital de día.

La enfermería me pareció muy motivada y creo que saben mucho de Psiquiatría (la lección sobre los efectos extrapiramidales y Akineton que escuché de manos de una enfermera me pareció muy técnica y muy precisa.)



Un residente me enseña la planta de agudos; un sitio protegido, obviamente, por cristales blindados en todas las ventanas y por cámaras de seguridad. No obstante, no hay un bunker-enfermería, como suele haber en muchas plantas psiquiátricas.
Más tarde, mi tutor decía que cuantas más barreras le pones al enfermo, menos va a mejorar, y que ya está bien de esconder a los pacientes tras la alambrada.

Hago muchas preguntas a los residentes; sobre rotatorios, guardias, relación con los adjuntos, estructura del servicio, cuestiones de especialidad, et cetera. Y me da todo buenas vibraciones. Veo que se apuntan para congresos y que muchos imprimen artículos sobre nuevos fármacos, que hablan de publicaciones y de organizar rotatorios de R4 a Londres y a Nueva York.

Todo está informatizado y los ordenadores no parecen de hace un siglo, a los pacientes se les llama por su nombre y se les conoce muy bien, tanto entre psiquiatras como entre auxiliares, trabajadores sociales, enfermeros, psicólogos, et cetera (cómo, dónde, con quién viven, cuál es su situación laboral...) Y esa es una de las cosas que más me gustan de la Psiquiatría, que es muy social y muy humanitaria.

Veo la sala donde se administran los inyectables, sobre todo a pacientes con esquizofrenia y vuelvo a experimentar curiosidad por qué les está pasando, compasión al ver que algunos lo siguen pasando mal a pesar de un tratamiento duro. Lidiar con una enfermedad mental, creo yo, es uno de los peores sufrimientos.

Veo que se organizan talleres (de nutrición, de costura...) en el hospital de día. 

El residente me lleva a tomar un café con dos enfermeras, siento que hay buen rollo entre ellos aunque no sé cómo integrarme en su conversación y sólo bebo el zumo, asintiendo de vez en cuando...

Conozco la ciudad un poco más y creo que no podría haber tenido mucha más suerte en este aspecto: un paisaje privilegiado, mi calle está cerca del hospital pero a la vez está cerca de casi todo, me hago un trozo de paseo marítimo, voy al centro...

Pido el pijama y la bata a medida.

-21 de mayo: Firma de contrato

'Firma aquí y aquí y aquí', y me lo quitan de las manos. Así que ni lo leo. Pero ya está, he firmado el contrato y la verdad es que no he tenido ni tiempo de sentir gran cosa. 
Mi tutor nos lo explica todo y nos lleva de paseo por el hospital, presentándonos a los jefes de servicio de urgencia, medicina interna, neurología, etc.

A mi piso lo bautizo como 'faro de luz' y me quedo un buen rato mirando el colorido de las ventanas por la noche; verde, amarillo, naranja... 


-22 de mayo: Acto de bienvenida

Lo mejor fueron los pinchos y los libros que nos regalaron (un compendio de casos clínicos, el Medimecum y una guía de urgencias hospitalarias de lo más práctica, la guía docente de nuestra especialidad, un manual con toda la información sobre el hospital...)


-23 de mayo: Planta de agudos de Psiquiatría

Sesión clinica a primera hora.
Un R4 me enseña el servicio a fondo y me empieza a explicar todo el sistema informático, pasamos consulta juntos y nos encontramos un caso de TOC, un trastorno límite de la personalidad con abuso de drogas, un síndrome confusional en un anciano con trastorno bipolar de base y un chico con esquizofrenia paranoide.
Seguidamente, paso consulta con un adjunto y entrevistamos a un paciente con una esquizofrenia paranoide de décadas de evolución; el hombre está muy deteriorado mentalmente y ha descuidado mucho la higiene personal. Desmenuzamos juntos la entrevista clínica y me explica muchas cosas que ya ni recordaba. 
Llego a casa bastante eufórica y me doy un largo, larguísimo, paseo por la playa.


-24 de mayo: Unidad de Interconsulta y Enlace

Otro adjunto encantador me explica muchas cosas interesantes y visitamos a varios pacientes en el hospital general. El primero es un hombre que está en el módulo de reclusión por haber atacado a algunas personas (por suerte, nada grave) en una fase psicótica de su esquizofrenia paranoide, tras una baja adherencia terapéutica. La segunda es una mujer con delirium tras un transplante de páncreas... llegamos en un momento cuando está bien orientada pero nos avisan porque había estado gritando y muy agitada en una de las fluctuaciones del síndrome confusional. Más tarde hacemos una primera consulta a una mujer con historia personal de episodios depresivos, ingresada ahora tras un incendio en el hogar (descartamos ideación autolítica y le hacemos una exploración psicopatológica).
Vamos a la UCI cardíaca a visitar a un paciente tras una cirugía de reparación valvular; había tenido un síndrome confusional tras la gran pérdida sanguínea que surgió de imprevisto durante la cirugía (una anomalía inesperada en la adhesión plaquetaria) pero ya se encontraba bastante mejor, por suerte.


Así ha sido el inicio de la zambullida en los mares de la Psiquiatría y del inicio de mi residencia. La próxima semana estaré en una Unidad de Salud Mental y haciendo un curso intensivo de RCP que supongo que no me vendrá nada mal para mis (vertiginosamente cercanas) guardias de puerta.








2 comentarios:

  1. Vaya semana más intensa! Comparada con la mía que he tenido que estudiar pediatría (la cual odio míricamente hablando). Me parece muy positivo el enfoque que tienes de la especialidad, yo he visto a muchos familiares ir a psiquiatras muy desmotivados, amparados en la ausencia de "riesgo vital". La enfermedad mental es una de las más incapacitantes que existen, y la gente no tienen conciencia de lo que puede hacer o dejar de hacer un buen/mal psiquiatra. Siempre me ha dado un poco de "miedo" la práctica de la psiquiatría, aunque me interese mucho, quizás no me veo capaz de enfrentarme a determinadas situaciones. Te seguiré leyendo, sigue contando! Un abrazo!

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  2. Buenas Universitólogo, gracias por el comentario. Pediatría es entretenida de estudiar, creo yo, otra cosa es la práctica... que nunca ha sido lo mío. Lo que yo sufría a muerte era la Cardiología para el MIR (idem que en tu post, mis conocimientos eran nulos porque el aprobado consistía en universitología y no en conocimientos). Ahora estoy viviendo de forma directa los prejuicios y los miedos de mucha gente hacia la Psiquiatría, pero yo tengo mi idea sobre la especialidad: 1. También somos médicos. 2. Somos científicos, no meramente especulativos. 3. Sí que ayudamos mucho a la gente e intentamos hacer el menor daño posible (como en cualquier especialidad). 4. Es muy humanitaria, cercana con el paciente y su familia. 5. Neurobiología abierta al ambiente; ya no creemos en psicoanalizar ni cosas por el estilo.

    Cuáles son tus preferencias de cara a especializarte?

    Saludos!

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